CURIOSIDADES PIRATAS

Los piratas, al margen de la falsa fama de espadachines que arrastra, también lastra otras curiosidades de risa, como, por ejemplo, lo de la bandera pirata. Si digo bandera pirata, a todos nos viene a la mente esa bandera negra, con la calavera, y las tibias cruzadas... Pues no!! No era esa LA bandera pirata. Al principio, usaban una bandera roja, que significa, en el argot marino de la época, que no van a hacer prisioneros (glups!). Mas tarde adoptaron la bandera negra lisa, para identificarse como piratas (y supongo porque debería costar capturar más un barco que sabe de antemano que va a ser pasado a cuchillo). No fue hasta bien entrado el XVII cuando, los piratas, en un exceso de ego (y quizás algo de coquetería) empezaron a personalizar sus propias banderas. Así cada pirata tenía su pabellón personal, y los capitanes sabían con que perro se las tenían. De aquí surgió la archiconocida bandera de la calavera y las tibias, irónicamente llamada “Jolly Roger”, que no dejaba de ser la bandera de un único pirata. Los había que substituían las tibias por sables, o le añadían un reloj de arena, o bien dejaban la calavera de lado y se ponían ellos mismos brindando con un diablo... En fin, que las había a docenas. Así cada uno de esos infames personajes se aseguraba que sus víctimas sabían con quien se las tenían antes de ser abordados. Si era conocido por su misericordia, igual se rendían antes, y si era conocido por su extrema crueldad, pues... no sé, igual así era más divertido.

Los buenos de los piratas, a pesar de ser los “anarquistas del mar”, tenían unos castigos disciplinarios que ríete tu de la Armada Real. Unos ejemplos son:

maroon: Cuando a un marinero se le cogía robando, además de otras causas, se le aplicaba este castigo. Consistía en dejarlo en un islote pequeño, con algo de agua, un arma de fuego y un poco de pólvora, y, como decía Barbosa, “te aseguro que al cabo de unos días ves esa bala de forma muy diferente” (aquí parece que los de Disney se basaron en algo real).

Pasarlo por la quilla: Por insubordinación y otras faltas menores de disciplina. Se cogía una cuerda y se pasaba por debajo del barco, de babor a estribor, se ataba al pobre hombre a esa cuerda y se le pasaba, literalmente, bajo la quilla. Además del largo chapuzón, sumergido bajo el barco, el pobre diablo sufría numerosos tajos y heridas debidos a los moluscos adheridos en el casco. Dependiendo de la gravedad de la falta se le pasaba más o menos veces.

Tiburón: Como ya apuntó Kari, para faltas más graves, castigadas con la muerte, había castigos que eran para morirse de la risa. Se cogía al infeliz, se le ensartaba un gran anzuelo en cada muslo, de tal manera que fuera visible la punta, se le ataba detrás del barco y se le lanzaba al agua, a su estela, como si fuera cebo para pescar. Era seguro que al poco aparecían tiburones para deleitarse con esa carne sangrante y calentita. El tiburón mordía y... sorpresa!! Además de tener media pierna a tomar por saco se engancha el tiburón con el anzuelo y, rabioso, empieza a sacudirse y menearse como un poseso, desgarrando lo que queda del pobre marino, hasta que no queda mas que una pulpa sanguinolienta. Si a eso le sumas los gritos desgarradores que debería de dar el pobre hombre, tienes un panorama dantesco imposible de olvidar.

Otra pena para el asesinato, mucho menos sangrienta pero mas... curiosa, o pintoresca, era la de atar al asesino con su víctima y eran lanzados al mar con un peso. El asesino moría ahogado junto a su víctima.

Pasear por la tabla: Esto, que hemos visto docenas de veces en el cine, eso de pincharte con una espada por una especie de trampolín, mientras en el agua esperan una docena de tiburones hambrientos pues... Como que no. Nunca existió esto. O al menos no hay documentos de ello. Es solo una ficción cinematográfica, aunque si le hiciéramos al condenado algunos cortes antes de lanzarlo, estoy seguro que también sería un castigo... divertido. Arrrr!!!!

En otra ocasión, y con el beneplácito de la Fundación, y la paciencia de sus mercedes, contaré algo sobre los piratas célebres, que de verdad que también eran de todo menos Mister Simpatía.

By Coyote